Según datos de la OMS(1), en el año 2008 existían en el mundo más de 1400 millones de personas adultas mayores de 20 años que sufrían sobrepeso; más de 200 millones de hombres y más de 300 millones de mujeres sufrían obesidad. Es un dato realmente alarmante para la sociedad. Pero más alarmante es que en el año 2012, más de 40 millones de niños en el mundo, menores de 5 años, tenía sobrepeso.
Algo estamos haciendo mal
Vivimos en una sociedad en la que los porcentajes de obesidad son cada vez mayores, se practica menos ejercicio físico y la alimentación no es del todo correcta. Y uno de los principales problemas bajo mi punto de vista, es la falta de información sobre alimentación, nutrición y deporte que existe, además de la existencia de publicidad engañosa que nos encontramos día a día. Llegados a este punto, la educación alimentaria y nutricional juega un papel fundamental en nuestra sociedad; es la encargada de cambiar los malos hábitos de vida de la población en un estilo de vida saludable, y nosotros (los dietistas nutricionistas) somos los encargados de difundirlo.
Para intentar disminuir este ascenso de la obesidad en la población, gran parte de nuestros objetivos deberán centrarse en los niños. Ellos son la nueva generación encargada de adquirir esos hábitos saludables porque, para ser sinceros, es muy difícil cambiar el estilo de vida de una persona adulta o anciana (aunque no imposible). Pero los niños, junto a su entorno familiar, escolar y círculos de amigos, son los encargados de crear una nueva generación que priorice el ejercicio diario y la alimentación saludable, antes que los malos estilos de vida actuales.
¿Cuál sería la manera de actuar?
En España, existe un programa de educación alimentaria impulsado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que se encarga de promover un estilo de vida saludable, alternando una alimentación adecuada con el ejercicio diario en los escolares; su nombre es la estrategia NAOS(2). También se centra en el ámbito de las empresas y la publicidad (Código PAOS(3)). Pero, ¿esta estrategia es suficiente? ¿La conoce todo el mundo? Creo que, aunque impulsada por el Ministerio, no llega al número de personas suficientes.
Un recurso realmente bueno es la televisión. A día de hoy, los niños pasan muchas horas viendo la televisión, viendo anuncios de comida insana a todas horas. Este recurso se puede utilizar para que la estrategia NAOS llegue a más niños, en el que se informe de lo que supone una alimentación saludable, del tiempo que le tienen que dedicar a jugar o a hacer deporte e ir eliminando los anuncios de televisión que no fomenten ese estilo de vida del que estamos hablando. Se ha demostrado, que la prohibición total de anuncios publicitarios de alimentos no sanos en la televisión reduce un 2.5% el riesgo de padecer obesidad infantil(4). Aún así, es cierto que es muy difícil controlar los productos que se publicitan en televisión y puede que no esté totalmente a nuestro alcance el cambiar dichos anuncios.
Pero a nivel individual, los dietistas nutricionistas estamos en la obligación de fomentar ese estilo de vida saludable del que tanto hablamos. No se trata sólo de comentar en consulta el tiempo que debemos hacer ejercicio a la semana, o de los alimentos que debemos consumir en menor o mayor cantidad; se trata de movilizar diferentes actividades o campañas (a nivel regional o poblacional) para concienciar al mayor número de personas del problema de obesidad que presenta la población.
En el caso de los niños, se pueden plantear actividades divertidas o formar escuelas-talleres en los que se introduzcan nuevos alimentos en su día a día para que los conozcan. Los niños son bastante competitivos entre ellos mismos, y esto es una ventaja para los educadores, ya que, por ejemplo, se pueden hacer actividades en las que haya un ganador y obtengan “medallas saludables”, trofeos de frutas, etc… Nuestra imaginación no debe tener límites a la hora de jugar y aprender con los niños.
En el caso de los adultos, también se pueden crear talleres de nutrición, en los que se explique la correcta alimentación de la familia, cómo hacer platos más apetecibles para los pequeños de la casa, etc. También se pueden crear cursos o talleres de cocina para sacar el máximo provecho a todos los alimentos. La educación alimentaria y nutricional es bastante efectiva en todos los colectivos. Se dio un caso en Soria(5), en el que se realizó un estudio piloto para ver la efectividad de un programa de educación nutricional junto con la dieta mediterránea para prevenir la obesidad infantil, y los resultados fueron los esperados. El IMC de los niños al comienzo de la intervención fueron más elevados que al finalizar dicha intervención, por lo que la estrategia funcionó.
Existe un sinfín de posibilidades que tenemos los propios dietistas nutricionistas para hacer ver a la población del riesgo que supone la
obesidad para la salud, y además de poder cambiar esos estilos de vida que llevan a ella. Se empieza poco a poco, pero se puede llegar a abarcar a un número de personas realmente importante, todo es ponerse.
0 on: "LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL."
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